En un viaje de fertilidad, está lo que experimenta el cuerpo. Y luego está todo lo demás: emociones, expectativas, esperanzas, decepciones, miedos. La presión, a veces silenciosa, a veces omnipresente. La montaña rusa mensual. Las citas médicas, los resultados, las comparaciones, la sensación de soledad.
Aquí es donde el apoyo psicológico puede marcar una verdadera diferencia, ¡y con demasiada frecuencia se deja en segundo plano! Sin embargo, el bienestar emocional es clave cuando se trata de formar una familia.
Uno psicólogo especializado o conocedor de las vías de fertilidad conoce los desafíos específicos de este camino, a menudo largo e incierto. Sabe que la espera de un hijo puede reavivar viejas heridas, debilitar la autoestima, afectar a la pareja o aislarse socialmente. También entiende lo que representan un protocolo antirretroviral, un aborto espontáneo, una espera prolongada o la vaguedad de un diagnóstico tardío.
Su posición no es la del consejo, sino la debienvenida incondicional. Ofrece un espacio neutral y confidencial para habla libremente, sin tabúes ni filtros, de todo lo que pasa.
La fertilidad no tiene que ver solo con el cuerpo. Es un viaje emocional, existencial y, a veces, basado en la identidad. Un psicólogo capacitado o con experiencia en este campo tiene las habilidades clave necesarias para entenderlo:
Es una presencia preciosa para sentirse legítimo en sus emociones, vuelve a conectarte con tu historia, tu cuerpo y tus recursos y encuentra un poco de anclaje en la niebla.
Dependiendo de su educación, un psicólogo puede utilizar diferentes enfoques:
Este trabajo se realiza a su propio ritmo, sin esperar los resultados. No se trata de ser más positivo o estar menos estresado, sino de encuentra un espacio donde cualquier cosa pueda existir, sin máscara. Los psicólogos que trabajan con Reflet tienen todas estas sensibilidades clave y la experiencia para ayudarla con su deseo de quedar embarazada.
El apoyo de un psicólogo puede aliviar la carga emocional del viaje, ayudarlo a superar los altibajos con más estabilidad y apoyar a la pareja cuando se vuelve frágil debido a la presión. También permite volver a conectar con un cuerpo que a veces se pone a distancia, restablecer una relación de confianza y, simplemente, no vivir este camino solo. En un proceso tan íntimo como el de la fertilidad, la psicología no viene a curar, sino a acompañar, iluminar, apoyar. Abre un espacio en el que puedes recuperar el aliento, dejar lo pesado y seguir adelante, con un poco más de calma, sin importar el siguiente paso.
Si se encuentra en un largo viaje de fertilidad, le recomendamos encarecidamente que busque la ayuda de un psicólogo. ¡Ir a ver a un experto en psicología no significa que tengas un problema! Su apoyo es clave cuando estás pasando por este tipo de vida y poder compartir lo que estás pasando puede ayudarte claramente a sentirte mejor.
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